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UN DÍA CON UN CAMPEÓN >>

 

 

 

 

Hecho en el frontón. Aimar, el tercero de tres hermanos, se aficionó a jugar en el frontón de su pueblo. Cuando niño, nos cuenta, en Goizueta había tres frontones y ahora dos para unos mil vecinos. En ellos hizo su habitat natural. Allí pasaba las horas con su cuadrilla. Tenía unas condiciones innatas, le gustaba, y disfrutaba más que nadie, porque ganaba siempre.

 

Con nueve años ya jugaba campeonatos. Su hermano Asier le marcaba el camino. "En el recreo del colegio jugaba a pelota, después de comer jugaba a pelota, y al salir de clase por la tarde seguía jugando", recuerda. Le quedó entonces claro que, cuantas más horas en la cancha, mejor. Es donde se aprende o mejora. El pelotari se hace en el frontón.

 

A los 15 años sorprendió con su juego al ganar la txapela cadete en el Cuatro y Medio de Elgeta, mientras Asier conquistaba la de mayores. Su hermano y hombre de confianza es quien le hace de botillero, y en ocasiones también sabe exigirle. "Quizás le falte en algún partido un poco de agresividad", ha dicho de él. "No le veo más defectos", añade. En cualquier caso, su hermano es uno de los principales admiradores de Aimar. Así le define: " Tiene mucha clase y unas grandes cualidades para jugar a pelota. Siempre he dicho que Aimar ha nacido para ser pelotari. Le ves jugar y parece que no se esfuerza. Hace cosas complicadas pero muy fácil. Eso es lo difícil".

Profesional con 18 años. Con 18 años dejó sus estudios de FP II para comenzar su carrera meteórica como profesional. Normal. Cuando en el colegio le preguntaba el profesor qué iba a ser de mayor, la respuesta siempre era la misma: pelotari.

 

La pelota es su profesión y su afición: juega, entrena, habla, sigue la tele y, sobre todo, le gusta ganar  txapelas, vitaminas para la confianza en sí mismo. Ya se ha habituado a vivir con esa presión. A él le gusta más la palabra responsabilidad. Se ve a sí mismo como un pelotari completo, ganador, pero también le ha tocado sufrir.

 

La capacidad de sufrimiento. La imagen de solvencia que trasmite Olaizola II, su costumbre de ganar y ganar desde pequeño, parece que le convierten en invencible. Sin embargo, ahí es donde ha aprendido a sufrir, tanto en la cancha en un partido del revés como fuera de ella cuando aparecen las lesiones más difíciles, las largas.

 

Tras ganar su primer Manomanista, estuvo seis meses sin jugar, padeció tres lesiones y jugó mermado la final del Manomanista ante Patxi Ruiz. Recientemente también ha estado siete meses sin jugar. Durante el Manomanista del 2010 sufrió una grave lesión de rodilla que le mantuvo de baja y fuera de competición, pudiendo reaparecer para el campeonato de parejas de 2011.

 

Las lesiones son parte de la humanidad del campeón, de su condición de persona, como también su capacidad de sufrir en la cancha cuando el rival aprieta, o con los nervios que genera la pelota. Los días previos a una final acusa esos nervios. Además, de carácter también es nervioso. Aimar refleja en la cancha la misma personalidad que fuera de los frontones.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sus comienzos arrancan en el pueblo de sus abuelos, jugando de zaguero de su padre en plaza libre. Al pasar a frontón o al trinquete, a su padre le gustaba ser zaguero, así que él comenzó a forjar el delantero que es. En el frontón no se cierra hasta casi los 20 años. En su pueblo había uno cubierto, pero él prefería la plaza abierta hasta que Ladouche le vio futuro integrante de la nómina de Aspe. "Nunca había hecho un gancho hasta cumplir los 21 años", recuerda. El frontón le ha exigido más.

 

La pelota por los estudios. No prosiguió los estudios para dedicarse a la pelota. Debutó como profesional en junio del 2.000 con 21 años tras una llamativa carrera como campeón francés junior y por parejas de trinquete y de plaza libre. Estudió hasta los 20 años. Tras acabar el Bachillerato, marchó a Tarbes donde cursó el primer año de profesor de Educación Física. En el vecino País Vasco francés era conocido, hoy es un héroe. Le siguen en la tele prácticamente cada día. El frontón "mure a gauche" de su pueblo ya lleva su nombre. Las noticias de que jugaría o no la final corrieron como la pólvora por todo Iparralde. Se colgaron carteles en los bares. Hay afición a la pelota, y Xala es una rara avis que ha llegado al máximo nivel en ella.

 

Se tuvo que adaptar al ambiente ruidoso de los frontones, algo que le sorprendió. En Francia es muy distinto, no se grita. Se sigue un partido de pelota casi como el tenis. En el trinquete el público está en silencio, y aplaude si hay un tanto bueno, pero nada más. Con el tiempo hasta le gusta el jaleo. Le motiva.

 

Si en una década ha logrado tanto es debido a sus condiciones innatas y sobre todo junto al trabajo diario que desarrolla con innegables dosis de tenacidad. Por ello es considerado uno de los mejores pelotaris del momento.

 

Esparza, J.M. "Olaizola cazador" (2011). Consulta: 11/11/2015.

 http://www.diariodenavarra.es/noticias/deportes/pelota/olaizola_cazador.html

Imagenes de Google

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                                                                         PALMARÉS

 

- 4 veces campeón Manomanista de la Liga de Empresas de Pelota a Mano (2005, 2007, 2012 y 2013).

- 2 veces campeón Campeonato de Parejas de la Liga de Empresas de Pelota a Mano (2008 y 2011).

 - 7 veces campeón del Cuatro y Medio de la Liga de Empresas de Pelota a Mano (2002, 2004, 2005, 2008, 2011, 2012 y 2013).

- 5 veces campeón del Campeonato navarro del Cuatro y Medio (2005, 2007, 2009, 2014 y 2015).

- 1 vez campeón del Masters BBK Baskepensiones (2007).

- 5 veces subcampeón Manomanista de la Liga de Empresas de Pelota a Mano (2003, 2006, 2009, 2011 y 2015).

- 4 veces subcampeón Campeonato de Parejas de la Liga de Empresas de Pelota a Mano (2003, 2006, 2009 y 2014).

- 1 vez subcampeón del Cuatro y Medio de la Liga de Empresas de Pelota a Mano (2014).

- 3 veces subcampeón del Campeonato navarro del Cuatro y Medio (2006, 2008, y 2013).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LAS CHICAS SALEN A LA CANCHA >>

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Hace año y medio no había nada”, manifiestan desde Txokoan Emakume Pilotarien Elkartea. El infinito. El desierto y algún oasis, como Patri Espinar. Nada más. “Había quizás alguna manista suelta, pero no agrupadas”, puntualizan. Pero los zahoríes encontraron algo más, encontraron agua. En Larrabetzu corría un manantial de pura vida, de pasión, de intensidad. Había magma. “En este pueblo siempre hemos sido muy echadas para adelante”, revelan. Ahí nació la novedad, nacieron las pioneras, nació la asociación manista femenina. Algo impensable hacía un par de cursos, pero que surgió bajo el amparo de tres bases muy bien dispuestas: la primera, la Federación de Bizkaia de pelota vasca, que siempre tuvo en el programa fomentar la pelota en todas sus modalidades y el ámbito femenino; la segunda, los cursos de formación, y la tercera y, por supuesto, más importante, el interés de unas mujeres en la localidad de Txorierri con ganas de retomar o empezar su pugna con el cuero. Siempre hubo agua en el desierto.

 

Hace un año y medio surge la aventura de Txokoan, que cristalizó el pasado mes de enero, el día 26, efeméride para el calendario, con la estabilización como asociación. Derrumbará fronteras, aún más, en Zamudio el próximo 6 de marzo con las finales de la Emakumeen Cup, construida por la Vizcaina con la participación de catorce duetos. Pues bien, el camino comienza con una concentración de padres, madres e hijos, en el que las mujeres se pusieron en pie de guerra y mascullaron un “¿por qué no?” desde las entrañas. Fue el punto de partida de la aventura. “Empezamos seis u ocho y ahora somos veintidós”, manifiesta Idoia Goikoetxea, una de las manistas, quien agrega que “ahora mismo actuamos como asociación cultural”. Así las cosas, otra de las pelotaris más activas, Mari Carmen Zubiaur, explica cómo se gestaron las cosas, cuál fue el germen de Txokoan: “Todo empezó en las navidades del año pasado, porque hicieron una concentración de padres e hijos. Entre los padres, solo había hombres y en los críos sí que había pelotaris de los dos sexos. Nos preguntamos: ¿Y por qué no mujeres también? Ahí empezamos a jugar las chicas. Después, la gente nos vio con tantas ganas, con tanta ilusión, que se fueron sumando”. Y de un grupo pequeño creció una explosión. Un Big Bang. “Después de que las amas jugaran aquel día en Morga, se hizo un curso en el que entramos alguna más. Entonces, jugamos ocho. Después del partido que disputamos en verano contra el grupo de navarras se apuntó un montón de gente”, apunta Lutxi, su nombre de guerra, Fonseca. A partir de marzo, todos los martes se ejercitaban en el frontón de Larrabetzu “con muchas ganas”. Un gran paso.

 

Dicho desafío, jugado el viernes 15 de agosto, fue el primero que se organizó de blanco entre pelotaris de mano senior femenina. Se enfrentaron las chicas de Larrabetzu, entrenadas por Joanes Kamara, y las de Nafarroa, cuyo técnico es el exmanista profesional Karlos Armendariz. Se abrió la veda para las novedades. El frontón larrabetzuarra se llenó hasta reventar y concertaron una revancha en San Fermín Txikito. “Paula Iturbe, una chica navarra que vive en la localidad vizcaina se lo comentó a su hermana y la convenció. Y ella, a unas amigas”, explica Iker Amarika, vicepresidente de la Federación de Bizkaia de pelota vasca y responsable del área de mano.

 

La presidenta de Txokoan es Ane Baraiazarra, quien en el retrovisor acumula kilómetros en la cancha. La joven manista ya estuvo jugando en su niñez a mano, pero, como ocurre en la mayoría de casos, tuvo que dejarlo. La realidad es que el material y la potencia son enemigos de las niñas. “En las edades en las que empiezan los cambios físicos. Se acentúan las distancias entre hombres y mujeres”, analizan. Cuenta Baraiazarra que “cuando éramos pequeñas, jugábamos un par de chicas de la cuadrilla y a los trece años lo tuvimos que dejar”. Y es que, no se podía equiparar la pegada. “Jugábamos contra chicos y a partir de esa edad se nota la diferencia, por la fuerza y por todo. No jugábamos con pelotas duras, lo que ocurría era que no teníamos contra quién jugar: o nos ponían en campeonatos que perdíamos siempre o con chavales más pequeños y ganábamos siempre. No podíamos jugar a gusto y lo dejamos”, sostiene la presidenta de Txokoan.

 

“Animar a todas” Las mujeres y amatxus, como somos nosotras, tendrían que animarse a jugar a pelota, porque es un deporte increíble. Es barato y solo hace falta una pelota y ponerse a jugar. Nada más”, concluye Zubiaur. Asimismo, Fonseca aporta una experiencia personal: “El otro día fui al frontón de Morga con mi pareja y los críos. Entonces, llegó otra pareja con otros dos niños. Mientras el hombre jugaba, la mujer sujetaba las chamarras. ¿Por qué? Si ven que hay mujeres de todas las edades jugando, quizás se animen más. Es un deporte para disfrutar. Así han surgido los grupos de Amorebieta y Munitibar”. De hecho, desde que saliera a la luz el bloque organizado de Txokoan, su presencia en las 24 horas de pelota en el Amorebieta IV zornotzarra provocó la creación de otro allí, que entrena Markel Atutxa, y comparten a veces sesiones técnicas. Idoia Goikoetxea confiesa que “quizás hasta ahora también la pelota era demasiado dura. Antes, jugaba un poco en casa y te rompías la mano. Ahora, con los guantes y la goxua, para mí es otra cosa” e Itziar Lafuente apostilla que “ahora es más fácil jugar a pelota”. “Puede costar conciliarlo con la vida, con la familia y con el trabajo, pero está muy bien. Por lo menos, las amas lo tienen más difícil. Si alguna mujer se anima por habernos visto a nosotras jugar, genial”, asiente Fonseca y Mari Carmen agrega que “todavía tenemos carrete de sobra”.

 

Respecto al material, quizás el punto más complicado para deshilachar de la madeja, desde la Federación de Bizkaia de pelota vasca también se ha empujado por conseguir una adecuación. “Teníamos que encontrar unas pelotas que se adaptasen a la mano de las manistas. Costó, pero dimos con la clave”, explica Iker Amarika. Desde la Vizcaina, además, se puso este mismo invierno en liza la Emakumeen Cup, que aglutina a catorce parejas en total: once de Larrabetzu, dos de Amorebieta y una de Munitibar. Las finales serán el próximo 6 de marzo en el frontón de Zamudio que “es muy coqueto. Es perfecto para las características del juego que se plantea”. Serán retransmitidas por televisión. Otro hito para estas pioneras.

 

Relata además el federativo larrabetzuarra que “estamos observando que el crecimiento de la pelota femenina en los últimos años está siendo quizás el más destacado, contando todas las modalidades masculinas”. Desde la Vizcaina apostaron desde un inicio por ellas a base de concentraciones. Incluso, mañana hay una en el Bizkaia de Bilbao, al que acudirán las manistas de Larrabetzu para dar una exhibición para las jóvenes pelotaris. “Esto abre una nueva ventana en la que las mujeres pueden ver que no se acaba la pelota cuando llegas a los trece años, ni tienes por qué pasarte a la paleta goma o a la herramienta. Adecuando las pelotas, hay hueco para ellas. Era una prioridad”, añade Amarika. Por su parte, Joanes Kamara, técnico de Txokoan, se reafirma en que “nos costó encontrar las pelotas, pero hemos encontrado el material adecuado y usan los guantes para protegerse un poco”. Así, ya tienen cerrados compromisos en Gasteiz, Santurtzi, Zamudio... “Tienen ganas de competir”, finaliza.

 

G. Vico, I. "Las chicas salen por fin a la cancha" (2015). Consulta: 23/11/2015

http://www.deia.com/2015/02/28/deportes/pelota/agua-en-el-desierto

 

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